El 24 de septiembre de ese año, a los 28 años de edad, al ser ubicado en su casa, junto a su esposa, Mirna Santos, que estaba embarazada, y su hijo de dos años, Amín Abel fue asesinado de un tiro en la cabeza, por el raso López Acosta, quien fue condenado a cinco años de prisión y libertado al cumplir la mitad de la condena.
Amín Abel fue uno de los más sobresalientes dirigentes revolucionarios y del movimiento estudiantil de la República Dominicana, en cuyo ejemplo se siguen inspirando las nuevas generaciones de activistas de la izquierda revolucionaria, de la lucha social y popular.