Cientos de venezolanos honraron el sábado al exinspector de la Policía científica Óscar Pérez y a sus seis compañeros, que murieron el lunes en una operación policial, en medio de la tensión que ha generado la entrega del cuerpo del líder del grupo que se alzó contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
"Yo lo quiero conmigo, conmigo. Conmigo es que yo lo quiero para enterrarle donde yo quiero. Por favor, Dios", dice visiblemente desesperada la madre de Pérez, en un vídeo difundido en la cuenta de Twitter de la esposa del exinspector y expiloto de la Policía científica.
Mientras los familiares de Pérez reclamaban respuestas a las autoridades, dos de los hombres del grupo de Pérez, Abraham Agostini y José Alejandro Díaz Pimentel, eran enterrados bajo la vigilancia de decenas de militares que controlaban los accesos al Cementerio del Este de Caracas.
"Soy la mamá de José Alejandro. Yo jamás en mi vida permitiría este entierro de esta forma. Yo quería un entierro digno, como fue mi hijo, como murió. Un héroe de la patria, y no le pediría al Gobierno ni medio. Estoy en contra de lo que acaban de hacer", declaró la mujer, que dijo que su hijo se merecía un entierro "con honores".
Más de un centenar de personas apoyaron a los familiares en el campo santo, donde se escucharon gritos de indignación contra el Gobierno chavista y consignas contra el proceso de diálogo que parte de la oposición venezolana mantiene con la Administración de Nicolás Maduro.
Entretanto, y según pudieron saber diputados opositores -la única fuente de información oficial en los últimos días sobre los muertos-, los cuerpos de los hermanos y militares alzados Jairo y Abraham Lugo y el del periodista Daniel Soto eran trasladados en aviones militares a su estado natal, Zulia.