![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8wFD7dd-Bd32TJAe15fwTo72VerNPDAnvzjzbUBQ59nrpyAY3GQoHfmCNmvRoBLkz8f0Zl9BD9vwi0nHh4dCJPwXyG8ST4Y_Pq4dP-Gmj32Bn7xSE528T_54L7WChXuUmfiYpqPNiRag/s400/merengue-1.jpg)
El 26 de noviembre es el “Día Nacional del Merengue”, que fue institucionalizado mediante decreto número 619-05, del 11 de noviembre de 2005, en honor a que 151 años atrás, en 1854, en esa misma fecha, apareció publicado por primera vez el vocablo “merengue” en el periódico “El Oasis”.
Este hecho actualmente es reconocido como la primera prueba de la existencia del merengue en la realidad social y cultural dominicana, según estipula el mandato proclamado por el Poder Ejecutivo.
El decreto fue el resultado del Primer Congreso Internacional de Música e Identidad del Caribe, celebrado el ocho, nueve y diez de abril del año 2004 por el Centro León, el Instituto de Estudios Caribeños (INEC) y el Ministerio de Cultura.
Se recomendó la fecha para celebrar el merengue y que el país consignara la efemérides cultural para seguir la línea marcada por otros países.
Historia. Los inicios del merengue se remontan a principios del año 1800. Aunque se desconoce su origen real, se cree que es posible que haya venido de Haití, Cuba y Puerto Rico.
“Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas y repudio contra Haití después de que la isla había logrado la independencia de ese vecino país; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo. Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875”, explicó el historiador dominicano Emilio Rodríguez Demorizi.
El presidente Espaillat inició una campaña para hacer desaparecer el merengue, pero ésta no funcionó ya que el baile se había difundido por todo el Cibao, logrando una buena aceptación entre los compueblanos y por ese motivo esa región es considera como la cuna del merengue.
El ritmo fue evolucionando paso a paso, tomando mucho auge en las clases populares. Por su parte, la alta sociedad no quería saber nada sobre el ritmo, vinculado con la música africana.
A principios de los años 1900, un grupo de músicos, entre ellos Juan Francisco García, Juan Espínola y Julio Alberto Hernández, creó una gran campaña para llevar el baile a los salones.
García publicó el primer arreglo del merengue en 1918, tocándolo en un club social por primera vez en 1922.
El dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina promovió el merengue a nivel nacional usando a conjuntos de perico ripiao en su campaña electoral. También la radio ayudó en la masificación.