170 años del nacimiento de Gregorio Luperón
Gregorio Luperón nació en
Puerto Plata el 8 de Septiembre del 1839 y murió el 21 de Mayo del 1897) Patriota y militar dominicano.
Hijo de una inmigrante negra inglesa, Nicolasa Luperón, vivió en la pobreza y aprendió el inglés casi como su lengua materna, más que el español. Con apenas catorce años, por su fuerza de carácter, dirigió trabajos de cortes de madera en
Jamao, lo cual combinaba con su afición a la lectura.
Teniendo Luperón la edad de 22 años, el General
Pedro Santana, líder de la facción de los terratenientes y hateros, que había sido militar y primer presidente de la República, produce la llamada Anexión a España (1861-1865), con lo cual logró que la monarquía española le concediera el título de dudoso valor nobiliario "Marqués de Las Carreras".
Luperón forma parte del grupo de dominicanos que se rebelan contra este hecho. Como producto de esta rebeldía, es hecho prisionero. Logra escaparse, y se va al exilio a
Haití, Estados Unidos y Curazao. Al tiempo, regresa en forma clandestina por Monte Cristi, y toma parte en el levantamiento de Sabaneta en el 1863.
Tras una primera derrota se retira a las montañas y desde
La Vega, fomenta la rebelión, hasta que después del llamado Grito de Capotillo el 16 de Agosto del 1863, alcanza la jefatura de un Cantón, y luego el rango de General.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra. Por estos méritos se le designa Jefe Superior de Operaciones en la Provincia de
Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por Pedro Santana, por entonces, Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el ejército español, fue derrotado en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto, a la inferioridad en número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.
Vencido el ejército español, aceptó el cargo de Vicepresidente de la Junta Gubernativa. Restaurada la República, regresó a su pueblo natal,
Puerto Plata, rodeado de la admira­ción y del cariño del Pueblo Dominicano que lo aclamó y lo aclama desde entonces, como la espada más firme en defensa de sus ideales patrios.
Datos extraido de internet