Vestido con traje azul marino y camisa blanca sin corbata, haciendo gala de su característica sencillez, el ex presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, arribó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) a las 9:40 de la mañana, casi media hora antes de lo previsto.
Allí recibió el título de Doctor Honoris Causa, máxima distinción que otorga la academia estatal, que ayer le reconoció sus aportes a la democracia y al estado de derecho y por su integridad en el ejercicio de la función pública.
Acompañado de su esposa Lucía Topolansky, Minou Tavárez Mirabal y Víctor Castro, Mujica consumió los minutos previos a la entrega del galardón, estampando firmas y entre flashes fotográficos de decenas de profesores, congresistas, funcionarios, políticos, incluido el ex presidente Hipólito Mejía, y estudiantes, que agotaban turnos para conocer de cerca al emblemático revolucionario de trascendencia mundial.
A su entrada a una abarrotada Aula Magna, en medio de aplausos y vítores de los presentes, y ocupar el podio, sonaron los himnos de la República Dominicana y de la República Oriental del Uruguay, seguido de las palabras del rector, Iván Grullón Fernández, quien le definió como un ícono de la civilidad, la transparencia y la dignidad.
Aunque dijo no ser un hombre de academia, Pepe Mujica, afirmó que lucha porque todo el mundo tenga el derecho de ir a la universidad en procura del conocimiento, al tiempo que llamó a luchar para dignificar la vida humana.
El exmandatario resaltó que la política debe servir para alcanzar la felicidad de la gente, por lo cual no puede tener un precio y quienes la ejercen no necesitan un salario gigantesco, frase que arrancó uno de los tantos aplausos que interrumpían con frecuencia su disertación.
Mujica, a quien durante la lectura de su semblanza, se le resaltaban sus escasas riquezas materiales, dijo no sentirse pobre, pues a su juicio, pobres son los que precisan mucho, los que no tienen amigos, los que tienen mucha plata y muchos abogados como escudo, pero que en su caso, cuenta con muchos amigos en cada rincón de Latinoamérica.