Cinco obispos de la Conferencia del Episcopado de Haití, jefes de igual número de diócesis de la iglesia católica de ese país, asistieron a la entronización del nuevo arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta.
Es la primera vez que una representación tan significativa de obispos haitianos viene al país para participar en una ordenación episcopal o la entronización de un arzobispo.
La participación de los obispos haitianos fue anunciada por el propio monseñor Ozoria Acosta, en la homilía de la misa solemne que organizó la Arquidiócesis de Santo Domingo en “acción de gracias” por la designación de su nuevo pastor.
“Agradezco la presencia de varios obispos extranjeros en esta celebración, entre los que se encuentran el arzobispo emérito de Nueva York, cardenal John O¥Connors”, saludó monseñor Ozoria, y anunció la participación de cinco miembros del episcopado haitiano.
Informó que en el acto también se encontraban el arzobispo de San Juan, Puerto Rico, Roberto González, y el obispo de Ponce, Rubén González. “Los nombres de los obispos haitianos no voy a mencionarlos, porque no los tengo a mano y tengo temor de no saber pronunciarlos correctamente”.
En ninguna de las ordenaciones episcopales de los últimos años, como la de los obispos de Barahona, Andrés Romero Cárdenas, y de La Vega, Rafael Rodríguez, ni la del arzobispo de Santiago, Freddy Bretón Martínez, ni en anteriores, habían participado los miembros de la Conferencia Episcopal Haitiana.
“Vengo a la Arquidiócesis de Santo Domingo como Pastor de esta iglesia particular. Y como Pastor, vengo con una misión muy precisa: enseñar, santificar y gobernar. Es decir, ser Pastor que conoce y ama sus ovejas y sus ovejas le conocen y le aman. No vengo como sociólogo ni como economista, ni como comunicador, yo sencillamente soy un pastor que vengo a dar mi vida por todos ustedes”, precisó el nuevo arzobispo,
“Yo soy el buen Pastor”, verso de la Biblia que se suscribe en el capítulo 10 del libro de Juan, que hizo suyo el recién nombrado arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, durante los actos celebrados por su toma de posesión, en el que hace referencia a la misión que encara en lo adelante.
Ozora Acosta mencionó en repetidas ocasiones la frase, tanto al ser entronizado como arzobispo en una solemne ceremonia en la Catedral Primada de América, como en la primera celebración de la eucaristía que más tarde presidió en el Palacio de los Deportes, en medio de la presencia de miles de feligreses de la arquidiócesis de Santo Domingo y las demás diócesis del país.
Consciente de que los tiempos han cambiado, sostiene que es imposible la indiferencia del Pastor ante la desigualdad, la injusticia, la inequidad, el sufrimiento de los desamparados, marginados, desprotegidos, olvidados y excluidos.
“Vengo a dar mi vida por ustedes: los del centro y los de la periferia; los de las altas torres y los de los barrios; los del campo y los de la ciudad; los creyentes y los no creyentes; los que tienen poder y los débiles; los que disponen de recursos y los pobres que carecen de ellos”; enfatizó.
Su mirada tendrá especial interés en la niñez, la adolescencia, la juventud, las parejas de esposos, las madres solteras, las viudas y viudos, los ancianos y los enfermos y en todas las personas vulnerables y más necesitadas, especialmente, quienes “son los destinatarios privilegiados del evangelio”.
Listin Diario