Dos monjas procedentes del Congo están en cuarentena en El Salvador por alerta ébola

Dos monjas misioneras procedentes de la República Democrática del Congo están en cuarentena en El Salvador desde el lunes pasado, debido a que ese país tiene "presencia" del ébola, informó hoy una fuente oficial.
Las dos monjas llegaron el lunes a las 17.45 hora local (23.45 GMT) al aeropuerto internacional 'Monseñor Oscar Arnulfo Romero", ubicado unos 44 kilómetros al sur de San Salvador, indicó la ministra de Salud, Violeta Menjívar, en una reunión con la prensa internacional, pero no precisó la nacionalidad de las misioneras.
De momento están en "cuarentena" en un "lugar que se ha determinado de parte de la iglesia (católica), y ahí se les está dando su atención sanitaria diaria", añadió.
"Ellas vienen bien, están sanas, pero las hemos puesto, al igual que los dos militares, en cuarentena", como medida de prevención por el brote del ébola en África, enfatizó.
Dos oficiales salvadoreños estuvieron en cuarentena por 21 días entre agosto y septiembre pasados tras arribar de Liberia, pero se descartó que estuvieran contagiados de ébola.
Menjívar refirió que la Iglesia católica notificó al Ministerio de Salud sobre la llegada de las monjas, de la congregación de las Carmelitas, y aclaró que el actual brote de ébola no afecta a la República Democrática del Congo, aunque "sí tiene presencia de la enfermedad".
Las monjas "vienen a una misión de unos meses" a El Salvador desde la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), donde el virus del ébola se descubrió en 1976, indicó Menjívar.
Por su parte, el director de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Rolando Masís, explicó a Efe que las dos religiosas "van a estar en observación 21 días".
Sin embargo, por el momento "están totalmente sanas; las seguimos chequeando, hemos hecho actividades antivectoriales alrededor de la casa donde se encuentran aisladas", fuera de San Salvador, para evitar que contraigan el dengue o la chikunguña, que proliferan en El Salvador, explicó.
En seis meses, el nuevo brote de esta enfermedad ha infectado a 6.553 personas y ha causado la muerte de 3.100, la mayoría en Sierra Leona, Liberia y Guinea.
Este brote se ha convertido en la mayor epidemia de esta enfermedad jamás registrada desde que el virus se descubrió en 1976.