Opositor Peña Nieto será nuevo presidente de México
MEXICO DF (Reuters) - El candidato opositor Enrique Peña Nieto ganó las elecciones presidenciales de México, devolviendo las riendas de un país acosado por una lenta expansión económica y la violencia del narcotráfico al partido que gobernó con mano firme casi todo el siglo pasado.

Peña Nieto, un telegénico abogado de 45 años del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se imponía con 36.79 por ciento de los votos, seguido por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador que obtenía 33.20 de los sufragios y la oficialista Josefina Vázquez Mota, que lograba 25.26 con el 50.47 por ciento de las casillas contadas.

Horas antes, un conteo rápido oficial del tribunal electoral con un margen de error de medio punto porcentual, había dado el domingo una victoria a Peña Nieto por un rango de 37.93 a 38.55 por ciento de los votos, seguido López Obrador con un rango de 30.90 a 31.86 por ciento.

"Sin duda las tendencias que marca el resultado que dio a conocer el consejero presidente tienen un amplio margen, por lo que el resultado es irreversible", dijo el lunes Benito Nacif, uno de los nueve consejeros del Instituto Federal Electoral.

Con su voto, los mexicanos acabaron con 12 años en el poder del conservador Partido Acción Nacional (PAN), que había hecho historia en el 2000 venciendo al PRI por primera vez en siete décadas.

Pero un cóctel de incapacidad en apaciguar la violencia de los cárteles de la droga y una economía que no crece al ritmo necesario para generar trabajos y reducir la pobreza que sofoca a casi la mitad de los mexicanos, pavimentó el camino de regreso del PRI a la silla presidencial.

"Hoy los mexicanos han elegido una nueva alternancia, los mexicanos le han dado a nuestro partido una segunda oportunidad, vamos a honrarla con resultados", dijo Peña Nieto ante sus seguidores.

Los festejos estallaron en el cuartel general del PRI, donde los militantes con sus brazos en algo gritaban "presidente, presidente" mientras papeles rojos, blancos y verdes llovían al ritmo de la canción tradicional Cielito Lindo.

Pero el escolta en la elección, el izquierdista López Obrador fue cauto porque aseguró que los datos internos de su partido no se condicen con la información oficial.

"Vamos a esperarnos a que tengamos los resultados definitivos" que comienzan el miércoles, dijo López Obrador ante sus seguidores. "Todavía no está dicha la última palabra", agregó.

En el 2006 el candidato perdió frente a al actual presidente Felipe Calderón por un estrecho margen, denunció que le habían robado la elección, convocó a protestas multitudinarias y bloqueó durante meses transitadas avenidas, lo que le restó popularidad.

EL REGRESO

Aunque el PRI sentó los pilares del México moderno durante sus gobiernos ininterrumpidos -con los que dominó la vida política de 1929 al 2000- ha sido acusado de corrupción, fraude electoral y de acallar voces opositoras.

Ahora Peña Nieto, ex gobernador del poderoso Estado de México, asegura que su partido -un camaleón en el que conviven corrientes de derecha e izquierda- se modernizó, aprendió de sus errores, y está listo para tomar al toro por los cuernos.

Sin embargo, recientes escándalos de corrupción o de supuestos lazos con el crimen organizado que salpicaron al menos a tres ex gobernadores del PRI hacen dudar a muchos de que la agrupación haya perdido los viejos vicios.

"Somos una nueva generación, no hay regreso al pasado. Mi gobierno tendrá puesta su visión en el futuro, en el México de grandeza y esperanza que todos queremos", dijo Peña Nieto ante sus seguidores.

Desde los empobrecidos pueblos en las selvas del sur hasta las desérticas ciudades de la frontera norte hostigadas por los cárteles de la droga, un estimado de 49 millones de mexicanos votaron en los comicios más grandes en la historia de México, que decidieron más de 2.000 cargos, incluyendo a diputados y senadores del Congreso y seis gobernadores.

"Nos falta un presidente que realmente cambie el país, que pueda terminar con tantos secuestros, tanta inseguridad", dijo fuera de la sede del PRI en la capital Daniela Flores, una mujer de 35 años que vendía prendedores del PRI.

Ese partido también se imponía en las elecciones para gobernador ganando 3 de los 6 estados en juego, extendiendo su dominancia a 22 de las 32 entidades federativas de México, aunque la alcaldía de la capital se mantuvo en manos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de López Obrador.

TRABAJO CONJUNTO

Peña Nieto deberá asumir el 1 de diciembre con más apoyo popular que el saliente Felipe Calderón, que había ganado hace seis años por menos de un punto porcentual a López Obrador y sufrió multitudinarias protestas en un conflicto poselectoral.

Y llega con propuestas en el bolsillo de reformas económicas y de seguridad, como crear una gendarmería para frenar la sangre derramada por la violencia de las drogas que, desde que el gobierno de Calderón lanzó al Ejército a las calles para combatir a los cárteles, ha dejado más de 55.000 muertos.

"Quiero felicitarle sinceramente y expresarle también que mi gobierno tiene la absoluta disposición de colaborar con su equipo a fin de garantizar que el cambio de administración se dará de manera ordenada, transparente y eficaz", dijo el presidente Felipe Calderón en un mensaje en cadena nacional.

Las reformas fiscal y laboral que propone Peña Nieto son en gran parte las que intentó impulsar Calderón sin resultados ante el boicot que le hizo el propio PRI en el Congreso. Estos proyectos son considerados clave para empujar el ritmo de expansión por arriba del 3,5 por ciento esperado para este año.

Con poco más de un cuarto del total de votos contado, el PRI y sus aliados obtenían poco más de la mitad de los 300 diputados que se eligen por voto directo. La Cámara Baja tiene un total de 500 escaños, y todavía no había información disponible sobre la distribución de los asientos restantes.

"Es una ventaja cómoda pero creo que necesitamos tener una idea de cómo queda el Congreso para llegar a una conclusión" sobre qué tipo de posibilidades tendrá el nuevo gobierno de impulsar reformas, dijo Rafael de la Fuente, economista de UBS en Nueva York.

De todos modos el reto del presidente electo será cerrar filas entre las distintas corrientes de su partido.

Sus primeros compromisos se pondrán a prueba en los próximos seis meses. Peña Nieto planea sentarse con Calderón y con los legisladores para cumplir con su objetivo de tener una reforma laboral aprobada antes de asumir.

A pesar de que el mandatario electo no dio indicios de cómo estará integrado su futuro gabinete, analistas especulan que nuevas caras del partido como el diputado Luis Videgaray -coordinador de su campaña y economista del MIT- se mezclarán con exponentes de la vieja guardia del PRI, a la que Peña Nieto deberá retribuir por su apoyo puertas adentro en el partido.

(Con reporte adicional de de Miguel Angel Gutiérrez, Noé Torres, Michael O'Boyle, Ioan Grillo, Tomás Sarmiento, Adriana Barrera, Mica Rosenberg, Julián Cardona e Isela Serrano; Escrito por Pablo Garibian)