Familiares de periodista asesinada por un militar claman justicia; rechazan se tratara de un accidente

Lo que parecía ser la celebración de la llegada de un nuevo año se convirtió en luto y dolor para la familia de Helen, residente la calle Amín Abel #19 del barrio La Milagrosa, en el sector Los Tres Brazos.
En el interior de la casa de dos niveles de la familia de la comunicadora se observaba un ambiente de tristeza e impotencia, mientras reclamaban de las autoridades que se haga justicia contra el homicida.
Sobre la cama de la ex relacionista público de la Secretaría de Interior y Policía permanecían ensangrentados el colchón y las sábanas de la habitación donde cayó abatida la comunicadora, madre de dos niños.
Sus familiares y amigos de Helen no paraban de llorar desconsoladamente su partida y las circunstancias en que ocurrió, al tiempo que la definían como una persona amante del trabajo, alegre y muy sencilla.
Helen dejó en la orfandad a una niña de ocho años, que es cuadraplégica por sufrir de hidrocefalia desde su nacimiento, y a un niño de tres años.
Con ojos llorosos y casi sin poder hablar, la señora Suriel cuenta que un día antes de que su hija muriera tuvo un presentimiento de que algo le ocurriría, por lo que le pidió que se cuidara.
“Tuve un sueño el 31 de diciembre. Me soñé que a Helen le habían caído muchos piojos en la cabeza y que habían comido un lado completo de la cara”, expresó.
De acuerdo con las versiones de los familiares y de la Policía, el victimario, un raso del Ejército Nacional identificado como Junior Domínguez, residía en la misma calle de Helen y que ocho años atrás habían tenido una relación sentimental que concluyó y la comunicadora contrajo matrimonio con el padre de uno de sus hijos.
El esposo de la víctima, Edison Tatis, con quien compartió los últimos cuatro años de su vida y padre de uno de sus hijos, cuenta que la relación entre Helen y el militar fue muy corta y que finalizó sin inconvenientes.
Fuente, Clave Digital